Se acerca el final del año, y much@s de nosotr@s aprovechamos para hacer balance del 2018 y plantearnos nuevos propósitos de cara al 2019.
Muchas veces logramos los objetivos que nos hemos propuesto; pero muchas otras no los conseguimos, por diversos motivos; puede ser que los tomemos con energía pero al poco tiempo desistamos, o puede que ni siquiera empecemos a trabajar en ello. En muchas ocasiones, cuando no conseguimos lo que nos proponemos, nos genera frustración. Para evitar que esto nos ocurra, vamos a ver algunos consejos para que nuestros propósitos del nuevo año se cumplan:
- Definir bien el propósito:
– El propósito debe de ser realista, asequible, que pueda cumplirse.
– Debe de ser un propósito cuya consecución dependa de un@ mism@, al menos en gran parte. (por ejemplo: dejar de fumar, apuntarse a clases de yoga, buscar trabajo activamente, etc.). No serían válidos objetivos que dependan del azar, de factores externos o de otras personas (por ejemplo: encontrar trabajo, mejorar la relación con mi familia, etc.) Habría que redefinirlos teniendo en cuenta la responsabilidad que un@ mism@ puede tener en ellos.
– El propósito debe poder concretarse en acciones. No sirven objetivos amplios o poco concretos, como por ejemplo “ser mejor persona” habría que pensar qué necesitas hacer para ser mejor persona (por ejemplo: intentar no gritar cuando me enfado, ser más generoso con las personas cercanas, visitar más a mi familia, etc.)
- Una vez tengamos nuestros objetivos, debemos trazar un “plan de acción”.
– Divide el objetivo en pequeños mini objetivos y divídelos en corto y largo plazo. Por ejemplo, del objetivo “dejar de fumar” podríamos obtener los siguientes mini objetivos: fijar una fecha en el calendario en la que dejar de fumar, comprar una hucha para poner allí el dinero que utilizaba para comprar tabaco, reducir cada semana 3 cigarros menos, leer un libro de autoayuda, ir de viaje con el dinero ahorrado… etc.
– Ordenar los objetivos temporalmente, según cuáles vayamos a hacer primero y así sucesivamente.
– Si conoces a alguien que haya logrado el mismo propósito, pregúntale y busca qué cosas tuvieron éxito que tú también puedas aplicar para lograr tu objetivo.
- ¡Empezamos!
– Poner una fecha de inicio y empezar a seguir los pasos establecidos. Es muy importante mantener la motivación a lo largo del camino y valorar periódicamente cómo vamos avanzando.
– Detectar los problemas que nos vayan surgiendo en el camino y valorar posibles soluciones para afrontarlos. Si es necesario pedir ayuda, debemos valorar también esta posibilidad.
– Debemos ser flexibles, sabiendo que hay factores que no dependen de nosotros y que nuestros plazos pueden ampliarse en el tiempo o debemos reformular el objetivo. Aunque el camino se alargue es importante poder llegar a la meta.
¡¡¡A por nuestros propósitos!!! 🙂