¿TIENES DIFICULTAD PARA CONECTAR CON TUS EMOCIONES?

Habitualmente me encuentro con personas que acuden a consulta con síntomas como ansiedad, somatizaciones a nivel físico, dificultades a la hora de vincularse íntimamente con una pareja, etc.  Pero que aparentemente dicen estar “bien”, que en su vida va todo bien, y se muestran sorprendidas con la aparición de estos síntomas que les cuesta comprender.

¿Te encuentras en esta situación? ¿Tienes la impresión de que en tu vida no hay altibajos a nivel emocional? ¿Siempre tienes la sensación de “estar bien”? Es posible que sientas que tu vida pasa a lo largo de una línea emocional plana, que te cueste pensar en algún momento en el que no hayas estado “bien”, que hayas sentido tristeza, miedo, rabia… a veces sucede sólo con alguna emoción en concreto.

Si te sientes identificado/a con estas situaciones, posiblemente tengas una dificultad para conectar con tus emociones. Todo lo que vivimos, cómo son nuestras relaciones, qué les pasa a nuestros seres queridos… todo tiene un componente emocional y nos afecta de alguna manera.

 Las emociones son adaptativas, nos dan mucha información de lo que está sucediendo y cómo nos está afectando. No debemos dudar de que tenemos emociones; y necesitamos aprender a sentirlas, a conectar con ellas y a regularlas.

Lo primero que debemos saber es que cuando aparece un síntoma, siempre nos está informando de algo, nos comunica que hay algo en nuestra vida que no está bien, que no estamos gestionando bien. Y que si no conectamos con esas emociones y no conseguimos reconocerlas y sentirlas, nuestro cuerpo nos da un aviso en forma de síntoma.

Algunas claves que te ayudarán a entenderte mejor

– Gestión de las emociones en la familia: Muchas veces cuando somos pequeñ@s, recibimos de nuestro entorno mensajes como “no llores”, “no te enfades”, “tienes que ser fuerte”… La expresión de algunas emociones es censurada. Lo que aprendemos de nuestros padres y otras personas significativas a partir de lo que hacen, de lo que dicen y lo que expresan o no expresan, son maneras directas de decirnos cómo debemos sentir y expresar lo que sentimos. 

Historia personal: En ocasiones vivimos situaciones personales muy duras, difíciles de asimilar y procesar. De manera inconsciente, para poder afrontarlas, nos desconectamos emocionalmente, creamos una especie de barrera y seguimos adelante sin conectar con la parte emocional, desarrollamos lo cognitivo o somatizamos; el cuerpo suele expresar lo que reprimimos emocionalmente.

– Nuestros hemisferios cerebrales: El hemisferio izquierdo es el encargado de procesar el lenguaje, las matemáticas, la lógica, etc. Es nuestro hemisferio “racional”. Mientras que el hemisferio derecho es el “emocional”: se encarga de la música, la creatividad, los sentimientos y las emociones, entre otras muchas cosas. Aunque esta es una explicación muy simple de un tema muy complejo y sometido a mucho debate; lo que pretendo transmitir es que algunas personas están más habituadas a actuar con un predominio del hemisferio izquierdo (control, racionalidad, lógica…); muchas veces se dedican a profesiones más científicas y suelen mostrar mayor dificultad para conectar con la parte creativa, emocional, etc. que gestiona nuestro hemisferio derecho.

– Miedo a sentir: Otras veces sentir la emoción puede darnos miedo; miedo a que pueda ser desagradable, a que pueda desbordarnos, a que podamos perder el control. También a que nos pueda hacer sentir más débiles, o vulnerables, o parecernos a alguien a quien no queremos parecernos. Debido a este miedo, no nos reconocemos como personas emocionales y no nos permitimos sentir. 

Las personas con dificultad para conectar con sus emociones suelen pasarse la vida pensando que no sienten nada. Sienten que están bien. Pero realmente es no sentir las emociones, bloquearlas, lo que va a acabar provocándonos malestar.

Necesitamos aprender a prestarles atención, reconocerlas, sentirlas y expresarlas.

Si te encuentras en esta situación y sientes que necesitas ayuda, te recomiendo consultar con un/a profesional que te acompañe en el camino de redescubrir tus emociones y aprender a relacionarte con ellas.

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