Durante los meses de confinamiento muchas parejas se han visto resentidas por la convivencia y las situaciones y emociones inusuales que hemos estado experimentando. Sumado a esto, según dicen las estadísticas, en septiembre aumentan notablemente los divorcios y rupturas de pareja.
Una parte importante de nuestro bienestar viene condicionada por cómo estemos en nuestra relación de pareja; muchas veces vemos como la relación se está deteriorando sin que hagamos nada por cambiarlo, o nuestros intentos para hacer que mejore no funcionan. A veces, cuando ya no podemos aguantar más y no vemos la salida es cuando pedimos ayuda profesional, pero, ¿y si lo hiciésemos antes?
En este artículo os voy a dar algunas ideas o señales de alerta que pueden indicar que una terapia de pareja podría ayudaros.
De todos modos, si tenéis dudas, podéis contactar con un psicólogo/a y explicar el caso, seguro que podremos orientaros y ayudaros a trabajar en vuestras dificultades u obstáculos.
Señales que nos indican que algo va mal en la relación:
Discutimos mucho: Si sientes que cada vez aumentan los desacuerdos y os engancháis en discusiones inútiles y destructivas; y por más que lo intentéis no conseguís que la situación cambie; tal vez una ayuda externa pueda ser útil.
Problemas de comunicación o no comunicación: El fallo en la comunicación es el motivo más frecuente de consulta. Muchas veces nos enzarzamos en discusiones o conversaciones en las que hacemos daño a la otra persona o sufrimos nosotr@s mism@s. O también ocurre lo contrario, los miembros de la pareja no se hablan ni se comunican y la relación poco a poco va muriendo. Necesitamos poder transmitir nuestras preocupaciones, nuestro malestar, nuestras necesidades y deseos a nuestra pareja sin que sea un reproche o un ataque.
Problemas sexuales: La sexualidad es una parte muy importante en la pareja, y también muchas veces es un reflejo de cómo se encuentra la relación. Si tenéis dificultades a nivel sexual: disfunciones sexuales, falta de deseo sexual, o en general muestras o mostráis insatisfacción o dificultades en este ámbito; no dudéis en consultar a un terapeuta sexual o de pareja que podrá daros herramientas para mejorar la situación.
Situación de crisis en la pareja: En muchas ocasiones la pareja o uno de sus miembros pasa por situaciones vitales que afectan a su relación debido a su manera de afrontar la situación, su estado anímico, sus conductas… tal vez se encuentre más irritable, apático/a, triste, etc. y acabe afectando a la relación de pareja. Algunos ejemplos pueden ser ante la enfermedad de uno de los miembros, el duelo por la muerte de un ser querido, despido del trabajo, nacimiento de un hijo/a, un aborto, el inicio de la convivencia, etc.
Ausencia de proyecto común, dudas sobre el futuro: Una vez pasa el enamoramiento o fase inicial de la relación y nos planteamos algo más; a veces nos damos cuenta de que nuestros proyectos futuros y los de nuestra pareja no tienen nada en común; y nos planteamos si queremos las mismas cosas que nuestra pareja, si queremos vivir en el mismo lugar, si tenemos una forma similar de afrontar el futuro y ver la relación… Si surgen todas estas dudas y te generan malestar, un proceso de terapia y de autoconocimiento en la pareja pueden ser muy útiles y sanos para valorar el futuro de la relación.
Infidelidades, celos y desconfianza: La infidelidad es la principal causa de separación en las parejas; pero aunque la separación no se produzca, normalmente aparecen en la pareja celos y sobretodo desconfianzas. Si habéis vivido una situación de infidelidad o sentís celos aunque no haya habido infidelidad, una terapia de pareja puede ayudaros a trabajar las emociones que hay detrás, en qué momento os encontráis como pareja; y sobretodo el trabajar de nuevo en recuperar la confianza entre vosotros/as.
Dudas o acompañamiento en la separación: En ocasiones ya hemos llegado a un punto de no retorno y sentimos que no vale la pena continuar con la relación; pero el momento de la separación es muy doloroso y complicado y se nos hace un mundo tomar la decisión y hacerlo de la mejor manera posible. Acudir al psicólogo/a para tomar la decisión de manera consciente y conseguir una separación de manera amistosa y saludable puede ayudar a ambos miembros y a los hijos/as en caso de que los hubiera.
De todos modos, la terapia de pareja no solamente es recomendable cuando haya un alto nivel de conflicto y sufrimiento en la pareja; sino que también puede ser aconsejable para parejas con una buena relación que sean conscientes de que ciertos rasgos de ambos o nuevas situaciones (nacimiento de hijos, iniciar convivencia en pareja, convivir con los hijos de nuestra pareja, etc.) puedan desestabilizar la pareja y prefieran conocerse mejor y fortalecer vínculos para afrontar de mejor manera estas nuevas situaciones.