¿Te resulta difícil expresar tus emociones? ¿Algunas veces te desbordas en situaciones cotidianas? Tal vez crees que si no las sintieras, ¿todo sería más fácil?…
Desde muy pequeños hemos recibido mensajes en los que nos invitan a inhibir algunas de nuestras emociones, por ejemplo: “no llores, no es para tanto” o “no te enfades que no pasa nada”… Estas frases, que son muy habituales, nos están diciendo que llorar es malo, que enfadarse es malo; y muchas veces no se da cabida a sentir y a expresar esas emociones.
Es cierto que algunas de nuestras emociones son desagradables, y por ello muchas personas las rechazan o les gustaría “no sentirlas”, PERO ESO NO ES POSIBLE…
Las emociones son parte de nosotr@s y cumplen una función muy importante. Nos aportan información mucho más rápido que la razón y todas ellas tienen una función adaptativa.
Ignorar, cuestionar o rechazar una emoción, puede suponer un problema mayor que el malestar que genera la emoción por sí misma y puede ocasionarnos sufrimiento. Algunas enfermedades son el resultado o consecuencia directa de un cúmulo de emociones reprimidas durante un cierto tiempo.
Cuando sientas malestar, recuerda que todas las emociones tienen una función y nos están indicando algo; y que todas ellas tienen una parte adaptativa y positiva:
- El miedo me advierte del peligro y me hace estar alerta y reaccionar.
- La tristeza me ayuda a asimilar una pérdida.
- La rabia me anima a defenderme cuando mis límites se están viendo vulnerados o algo me parece injusto.
- El asco me indica que algo puede ser desagradable o nocivo para mi o para mi salud.
- La ansiedad nos avisa a través de sus síntomas de que algo está funcionando mal en nuestra vida y debemos abordarlo.
Las emociones no son negativas en sí mismas; al contrario, todas ellas nos ayudan, y debemos intentar verlas como amigas y no como enemigas.
Por eso, para hacer desaparecer la ansiedad, para no enfadarnos tanto y acumular rabia, para estar contentos y no tristes… te diría: NO TENGAS MIEDO A SENTIR, si te das permiso, la emoción fluirá de manera natural, la elaboración y expresión de tus emociones te ayudará a aceptarte mejor a ti mism@ y no dejarás que la emoción te domine.
Algunos recordatorios y consejos:
- Tienes derecho a sentir, no elegimos lo que sentimos, las emociones están ahí por algo.
- Escucha a tus emociones, y fíjate en qué parte del cuerpo las sientes.
- Acepta que sientes eso sin juzgarte por ello, sentir es normal.
- Atiende a tu emoción, escúchala y valora cómo resolver la situación de la que te está informando.
- Si alguna emoción es muy intensa y tienes miedo a descontrolarte; toma cierta distancia (por ejemplo, en el caso de la rabia. Si una situación nos está generando enfado hasta un punto en el que tememos perder el control, comunícaselo a la/s otra/s persona/s que están contigo y tómate un tiempo de descanso, aprovechando ese tiempo para intentar calmarte).